A un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un anciano que se encuentra descansando: -¿Qué clase de personas viven aquí?
El anciano le pregunta: -¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tú vienes? -“Un montón de gente egoísta y mal intencionada- replico el joven-estoy encantado de haberme ido de allí.
A lo cual el anciano comento: Lo mismo habrás de encontrar aquí.
Ese mismo día otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano pregunto: –¿Qué clase de personas viven en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta: “¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tu vienes? “Un magnifico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado. “Lo mismo encontraras aquí”, respondió el anciano.
Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le pregunto al viejo: ¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta? A lo cual el viejo contesto:
“Cada uno de nosotros solo puede ver lo que lleva en su corazón. Aquel que no encuentra nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí.
Solo tienes poder sobre la actitud mental y tus creencias y ellas son las que generan tu espacio de acción. Los pensamientos crean la realidad en que vivimos.
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