La felicidad, la alegría o el amor nos llevan a la creatividad, la gratitud, la sabiduría o la resiliencia.
Si miramos a nuestro alrededor seguro que identificamos a personas que cotidianamente tienen una queja para decir cada vez que abren la boca, aunque quejarnos es algo que hacemos todos porque es una manera de exteriorizar nuestra disconformidad ante alguna situación , pero quejarse constantemente crea un clima de malestar de color gris, te roba la energía, te debilita, de tal manera que no te permite ver lo bueno o lo amable de otras situaciones.
A veces por quejarnos tanto dejamos de experimentar sensaciones positivas porque nos sumimos en un dolor que prolongamos y prolongamos robándonos momentos y emociones positivas.
Estudios recientes han mostrado, por ejemplo, que la influencia de los ingresos económicos sobre la felicidad sólo es relevante hasta cubrir las necesidades básicas. A partir de un determinado nivel, mayores niveles de ingresos parecen no aportar mayores niveles de felicidad. Por el contrario, la cantidad y calidad de relaciones interpersonales aparece como el factor que más a menudo aparece asociado a un mayor nivel de bienestar psicológico percibido. Otros factores como el optimismo, la autoestima y la gratitud, o rasgos básicos de personalidad como la extraversión y la estabilidad emocional, también aparecen relacionados con mayores niveles de felicidad
Los estados mentales positivos actúan como barreras a los trastornos psíquicos y tienen un efecto preventivo e incluso rehabilitador, actúan como escudos protectores ante los trastornos psíquicos, refuerzan los anclajes emotivo-cognitivos que todos tenemos de forma natural y pueden ser usadas en un tratamiento psicoterapeútico.
¿Que hacer ?
- Dejar de lado situaciones y emociones poco productivas, recrearse en lo malo aporta caos a nuestra vida.
-Evocar situaciones positivas
En momento difíciles para atraer positivismo y crear una actitud positiva es bueno rodearse de aquello que nos ayude a generarla…. recuerdos felices por ejemplo.
-sonreir y compartir, ver las cosas desde otro punto de vista, rodearse de gente positiva, compartir las cosas buenas que nos pasan, siempre tendemos a compartir los problemas, lo que nos angustia.
Recordar que la alegría al igual que la tristeza además de ser sentimientos muy fuertes e importantes en nuestra existencia también son actitudes. Cambiar la actitud hace la diferencia.
Laura Maffia
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