Siempre es mejor arriesgarse y equivocarse que nunca haberlo intentado.
A algunas personas el hecho de tener que tomar decisiones, por pequeñas que sean, les causa un autentico problema y muchas veces necesitan el apoyo de otras personas, son personas indecisas.
La indecisión se convierte en un síntoma patológico cuando la decisión más simple se convierte en un auténtico problema para la persona. Esta indecisión puede generar ansiedad, bloqueos y malestar.
¿Qué es la indecisión?
La indecisión es la falta de determinación ante una situación, vivida como conflictiva, que nos impide tomar una decisión. Se puede formular como la dificultad para tomar decisiones de forma afirmativa, segura y tranquila. Puede ser un rasgo de la personalidad en sí mismo, o puede ir asociado a algunos tipos de psicopatología, como los trastornos obsesivos.
Es un problema cuando la indecisión adquiere el carácter de síntoma. Es decir, cuando la más mínima cosa o la más pequeña elección que tenga que tomar la persona se convierte en un obstáculo incapacitante. Por ejemplo, si situaciones tan sencillas como qué ropa ponerse, qué plato pedir en un restaurante, qué película ir a ver, etc. provocan bloqueos y ansiedad, estamos ante una indecisión patológica.
Síntomas de indecisión
La indecisión es la dificultad o incapacidad para optar entre dos o más alternativas que generalmente tienen relevancia para la funcionalidad de una persona.
Detrás de la indecisión hay una pérdida en la confianza básica que nos induce a cuestionar permanentemente la solidez y fundamentación de nuestras decisiones. Se asocia al sentimiento de inseguridad, a una excesiva autoexigencia y a la falta de claridad en el planteamiento de las situaciones.
Aparece una precaución excesiva, una costumbre de mirar el lado negativo de toda circunstancia, y se tiende a pensar y hablar del posible fracaso en lugar de concentrarse en los medios de alcanzar el éxito.
Tienen una respuesta constante de dilación en la realización de tareas, es decir, dejar pasar mucho tiempo buscando excusas para no realizar el trabajo.
¿Cómo enfrentarse a la indecisión?
Define tu decisión. Tómate unos minutos para escribir la decisión que estás a punto de tomar.
Escribir tus pensamientos en papel puede permitirte ver las cosas desde un punto de vista diferente. Un problema bien definido es una situación medianamente solucionada.
Identifica tu objetivo real. Siempre que nos enfrentamos a una decisión, existe un interés sobre algo que queremos obtener. Por ejemplo, si queremos cambiar de trabajo, tu objetivo real podría ser mejorar tus condiciones laborales.
Hazte la pregunta: ¿Qué es lo que realmente quiero obtener cuando tome esta decisión?
Identifica cada una de tus opciones y escríbelas.
Realiza un análisis de los pros y los contras. Para cada opción, haz una lista de tantos pros y contras como sea posible.
No temas decir sí o no. Actúa de acuerdo con lo que piensas y sientes. Esto te llevará a incrementar tu autoestima.
No te dejes llevar por las dudas, no les hagas caso.
Actúa de acuerdo a lo que realmente piensas y sientes. Si no quieres hacer algo, ¡no lo hagas! NADIE te obliga a hacerlo.
Sé firme y coherente con tus pensamientos. Si sabes que alguna acción te va a perjudicar, que no está de acuerdo con tus valores, o te puede dañar, ¡no lo hagas!
Tampoco tomes decisiones por impulso o por el calor de la situación. Actuar así conduce a cometer muchos errores y al fracaso en muchos aspectos de la vida, y esto es peor que la indecisión.
Conócete a ti mismo, investiga bien en tu propio interior, determina qué quieres.
Pide ayuda a la persona que consideres más adecuada.
Reflexiona y medita tu decisión. Es una gran herramienta que permite eliminar el estrés que conlleva la toma de una decisión difícil.
Medita en un lugar tranquilo donde no puedas ser interrumpido, cierra tus ojos y enfócate en tu respiración. Mientras más relajado te encuentres, mejor. Imagínate lo que estás a punto de decidir e intenta pensar con la cabeza fría acerca de ello.
Selecciona la opción más realista. Escoge la opción que tiene la mejor oportunidad de atraer a tu vida tu objetivo real.
Toma una decisión de acción y ejecútala. Especifica para tu decisión una fecha real e identifica cuál será tu primera acción a realizar.
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