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Oniomanía o síndrome de la compra compulsiva

 

Oniomanía, desorden conocido más coloquialmente como adicción a las compras o compra compulsiva, el cual padece entre el 3% y el 7% de la población.

El término oniomanía deriva del griego antiguo onios (lo que está en venta) y manía (locura), y surgió en el siglo XIX de mano de los psiquiatras Emil Kraepelin y Eugene Bleuler. Entre sus síntomas más comunes encontramos ansiedad, insatisfacción, falta de autocontrol y sentido de culpa tras realizar una compra. Sin embargo, pese al considerable número de personas afectadas, este trastorno no queda catalogado como tal en los manuales de desórdenes mentales.

Generalmente, esta patología viene vinculada a problemas de estrés, trastornos de personalidad o baja autoestima, lo cual lleva al paciente a consumir para evadirse y sentir una felicidad momentánea. En una primera fase hay un sentimiento predominante de euforia y placer, y más adelante la persona se va aislando socialmente y se exacerba el sentimiento de culpa. Esto conlleva la aparición de ansiedad, irritabilidad, insomnio y depresión además de la posibilidad de que desemboque en cuestiones más graves como podrían ser problemas de pareja, familiares y económicos. Su modus operandi es similar al del alcoholismo: al actuar te sientes culpable, pero este sentimiento pasa y vuelves a caer en la trampa.

La adicción a las compras o síndrome de la compra compulsiva se caracteriza por la presencia de preocupación, impulsos, comportamientos desadaptativos de compra persistentes, que se experimentan como irresistibles e intrusivos, y ocasionan un perjuicio al individuo. Dichos episodios de compra son más recurrentes y duran más de lo esperado, regularmente consisten en la adquisición de objetos o cosas que no se necesitan.


CAUSAS DE LAS COMPRAS COMPULSIVAS:


Psicológicas :

La mayoría de teorías coinciden en la función de la compra como una estrategia para mejorar el estado de ánimo (los días en que tenemos la serotonina y/o la dopamina baja), ansiedad, insatisfacción, falta de autocontrol, sentido de culpa y la baja autoestima.

Este tipo de compras también se presentan frecuentemente en las personas con episodios maníacos (eufórico) como los que se dan en el caso del trastorno bipolar 


Biológicas:

A nivel biológico, se plantea que el déficit en el funcionamiento de determinados neurotransmisores (sistema dopaminérgico, serotoninérgico).


Sociales:

Está conducta también se relaciona con aprendizajes en el ambiente familiar, las formas de crianza disfuncional, es decir, una excesiva autoridad por parte los padres, o falta de afecto durante la infancia y otra causa social, es la presión de los amigos hacia el consumo.


Estadisticas en la adicción a las compras


En mujeres un 34%

Las mujeres entre 30 y 50 años es donde se da mayores tasas de prevalencia.
 Los jóvenes están cada vez más expuestos a la adicción a las compras.
 Un 3% de la población adicta llega a niveles patológicos.

Aunque existe mayor porcentaje de mujeres adictas a las compras, los hombres tiene un incidencia del 32%




¿ CÓMO ES QUE EL MARKETING APROVECHA LAS EMOCIONES?


Se trata de estimular al consumidor, produciéndole, haciéndole sentir una emoción para que éste, tome una decisión de compra. Por lo tanto, el resultado de la emoción, origina la compra. Así también, la publicidad tiene la capacidad de hacernos sentir emociones, para precipitar nuestra decisión de compra.


¿CÓMO SE PUEDE EVALUAR AL COMPRADOR COMPULSIVO?


Existen algunos instrumentos con validez para identificar el trastorno de Compra compulsiva y poder valorar la gravedad por ejemplo:

–El Compulsive Buying Scale (CBS) (Faber & O’Guinn, 1992), cuestionario de 7 ́items que permite diferenciar entre compradores normales y compradores compulsivos.


–El Test de Adicción a las Compras (Echeburúa, 1999). que consta de 5 ítems que analizan la percepción de control, la dificultad de detener la compra, el sentimiento de culpa después de la compra, el endeudamiento y el esconder los artículos adquiridos para evitar conflicto con la familia.


En algunas investigaciones se ha demostrado que uno de los tratamientos posiblemente efectivos para el problema de la compra compulsiva es la terapia grupal cognitivo–conductual.

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