Es decir la relación entre los factores psicológicos, la enfermedad y la salud física.
Tanto la ira, la hostilidad, el miedo, la tristeza, la depresión, la ansiedad, el estrés etc. presentan correlatos fisiológicos, se llaman trastornos psicosomáticos o psicofisiológicos.
En la década de los 60 se trasforma el modelo médico tradicional en un modelo bio-psicosocial que tiene en cuenta a los factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales en la génesis, mantenimiento y agravamiento de las enfermedades.
La Psicología tiene un rol decisivo que cumplir en el diseño de tratamientos que modifiquen las consecuencias negativas derivadas de la relación entre emoción y enfermedad.
Tanto la falta de control de las emociones como la no expresión de las mismas, parecerían ser los factores de riesgo que aumentan la vulnerabilidad hacia el padecimiento de distintas enfermedades.
En el ser humano, la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación,las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos.
Cada persona es diferente
Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de su situación concreta
Existen seis categorías básicas de emociones:
MIEDO. Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.
SORPRESA. Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.
ASCO O AVERSIÓN. Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
IRA. Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
ALEGRÍA. Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.
TRISTEZA. Pena, soledad, pesimismo.
Las emociones tienen diferentes funciones:
MIEDO: Tendemos hacia la protección.
SORPRESA: Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.
ASCO O AVERSIÓN: Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.
IRA: Nos induce hacia la destrucción.
ALEGRÍA: Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien).
TRISTEZA: Nos motiva hacia una nueva reintegración personal.
Fue Hans Selye (1936) el pionero en investigar los efectos de stress en el origen de varias enfermedades,son muchos los autores que sostienen esa postura en enfermedades como el asma, el dolor de cabeza, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la úlcera, el cáncer, distintas enfermedades de carácter inmunológico y también en los procesos de recuperación postquirúrgica.
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