Separarte de tu pareja
La separación supone crear una falla abrupta en el modo vida que se ha llevado hasta el momento y la necesidad de crear una nueva estrategia vital o, dicho de otro modo, reorganizar la propia vida y reconstruir las relaciones sociales y familiares.
Las víctimas más importantes del divorcio o la separación suelen ser los hijos, que tienden a negar la realidad incluso airadamente, en ocasiones a culparse a sí mismos de la separación de sus padres y también a fantasear con que vuelvan a estar juntos
La separación implica una pérdida de la definición que la persona tiene de sí misma, pasando de ser miembro de una pareja (alguien que pertenece a alguien o depende emocionalmente de él o ella y viceversa) a una persona independiente.
Pero la separación afecta también al entorno social de la pareja, sean amigos o familiares, a los que en muchas ocasiones se obliga a tomar partido. En este sentido, se produce una pérdida evidente de relaciones sociales para ambos miembros de la pareja, lo que también genera un sentimiento de frustración y de traición hacia quienes se decantan por la otra parte.
La separación de una pareja supone, la interrupción de la historia de la vida de cada uno de ellos y de la que han construido juntos. Pero, al mismo tiempo y de forma especial en la pareja con hijos, en la mayoría de los casos habrá que seguir manteniendo una mínima y obligada relación tras la separación.
Nunca se recuperará el yo previo al inicio de la convivencia, pero la necesidad de reconstruir la propia vida implica la previa superación emocional, la asunción del hecho y la voluntad de reorganizarse la vida estableciendo nuevos objetivos vitales.
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