¿CÓMO ESCUCHAR A LOS HIJOS?
Hay 2 formas de escuchar a nuestros hijos, de manera activa o pasiva.
ATENCIÓN ACTIVA
Una técnica muy buena para iniciar una conversación con niños y jóvenes y poder entenderlos es escuchar de FORMA ACTIVA. Exige de los padres que sean capaces de ponerse en el lugar del niño para poder descifrar de forma correcta los mensajes emocionales que hay detrás de las confidencias de sus hijos. Para ilustrarlo, les presento un ejemplo.
Zoe : Oye papá, ¿qué tipo de chicas te gustaban más cuando eras joven ? ¿Cómo eran?
PADRE : Creo que te preguntas cómo deberías ser para gustar a los chicos. ¿Es eso?
Zoe : Sí, a veces, tengo la sensación de que no les gusto y no sé por qué.
El padre ha descifrado correctamente el mensaje y ha expresado lo que le sucede a su hija. De esta forma da a la conversación un nuevo sentido. Ya no se trata tan sólo de qué era lo que al padre le parecía interesante en las chicas. El problema real es ahora el tema central : la inseguridad y las dudas sobre sí misma de la hija.
ATENCIÓN PASIVA
Los niños pueden expresarse con más facilidad sobre sus experiencias y las emociones ligadas a ellas cuando los padres escuchan con atención y no manifiestan de inmediato su propia opinión. Hay muchas formas de dar señales -también sin emplear palabras- de que de verdad se está escuchando con toda atención : a través de contacto visual, con un gesto, una mirada, una postura del cuerpo atenta y abierta
Para ilustrarlo, les presento un ejemplo.
Zoe : Hoy me han mandado al despacho del director.
MADRE : ¿Ah, sí?
Zoe: Sí, el maestro ha dicho que hablo demasiado.
MADRE : ¡Vaya!
Zoe: Es tan aburrida su clase. que nos ponemos a hablar.
MADRE : (Silencio).
Zoe : Cuando tengo clase con un buen maestro, atiendo y participo, pero con alguien el se me quitan las ganas de aprender. ¿Por qué se habrá hecho maestro?
MADRE : (Se encoge de hombros).
Zoe : Bueno, no me quedará más remedio que acostumbrarme a él supongo.
Escuchar en silencio pero con atención permite al niño desahogar su frustración y su rabia. y al mismo tiempo puede encontrar una especie de solución al problema.
Las dos formas son efectivas, no es aconsejable echarles la culpa a ellos, por ejemplo decirles, ¡Ojalá sea para ti una lección!', ¡Tú te lo has buscado!
Este tipo de reacciones habrían bloqueado otras confidencias del hijo : difícilmente habría llegado a encontrar por sí mismo una posible solución al problema.
Este tipo de reacciones habrían bloqueado otras confidencias del hijo : difícilmente habría llegado a encontrar por sí mismo una posible solución al problema.
Te puede interesar
BULLYING, ACOSO ESCOLAR | EDUCAR CONTRA LA VIOLENCIA |
Comentarios
Publicar un comentario