Hoy en día, los jóvenes viven con sus padres más tiempo que antes, la edad promedio de irse a convivir con sus parejas se sitúa al rededor de los 28 años, esto puede ser más cómodo y más barato pero es una decisión que tiene un alto costo emocional y psicológico tanto para los padres como para los hijos.
Como siempre digo, "es más barato pagar con dinero que con síntomas".Lo que se paga por un alquiler y por la privacidad que brinda un lugar propio, es un costo que vale la pena pagar. El vivir tanto tiempo con sus padres, aumenta el miedo a la convivencia, tener que compartir su vida con otro distinto a sus padres, da miedo, temen tener que abandonar a sus amigos, sus deportes preferidos, sus hobbies, sus rutinas personales,sin contar la parte económica, como dijimos antes "vivir con los padres es más barato". también esta el miedo a tener que renunciar a los pequeños placeres de ser solteros y a dejar de disfrutar de la agradable sensación de plena libertad individual que brinda el hecho de no tener a nadie al lado todo el tiempo.Convivir no significa encadenarse para hacer lo que le gusta al otro siempre,debe haber espacio suficiente para uno mismo, y obviamente, como se trata de una relación de amor, tener también las ganas y el tiempo necesario para compartir con el otro, no se trata de convertirse en media persona o media naranja o medio nada, son dos personas enteras que deciden compartir la vida juntos, no porque se necesiten, sino porque se elijen.Cuando esto esta incorporado y entendido, es cuando se pierde el miedo a convivir, convengamos que lo nuevo, lo desconocido, siempre da miedo, por el solo echo de que no lo conocemos aun.las 5 herramientas para tener una buena convivencia de pareja son:
1) No convivir con alguien por necesidad, sino más bien por elección ( querer estar junto a esa persona y que ella esta junto a nosotros) para compartir nuestra vida.
2) Aceptar a esa persona tal como es. ("no querer cambiarla"), un pensamiento común del discurso dentro del consultorio es -creí que cuando viviéramos juntos iba a cambiar tal o cual cosa.
3) Generarle al otro el deseo de estar con nosotros.(este tema da para largo, dedicare un articulo aparte a ello)
4) Aceptar al entorno de esa persona, su familia, sus amigos...
5) Buena comunicación, abrirse al diálogo, sobre todo aprender a escuchar al otro.
Espero que les haya servido, el miedo a convivir no es malo, lo malo es no hacer nada al respecto, a animarse y a seguir los pasos para tener una buena convivencia.
Lic. Laura Maffia.
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Agrego, la importancia de ser flexible ante lo desconocido. Generalmente cada individuo intenta reproducir lo aprendido en el hogar familiar. Entender que hay otras formas de hacer las cosas, evita la frustración y permite encontrar un punto medio entre las expectativas de cada integrante.
ResponderBorrarmuy bueno tu aporte griselda, gracias lo tendre en cuenta para un proximo artículo.
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