Complejo de Adonis o dismorfia muscular
Afecta principalmente a varones y atletas, y se trata de la preocupación obsesiva en el propio cuerpo acompañada de una creencia exagerada o irracional de que el cuerpo es demasiado pequeño, delgado y con falta de masa muscular, se da en 4 de cada 10.000 personas.
Este trastorno se identificó a finales del siglo XX, y su nombre fue acuñado por el psiquiatra estodounidense Harrison G. Pope en 1993.
Debido a su fijación por ganar masa muscular, invierten mucho tiempo y recursos en rutinas de ejercicios, regímenes dietéticos y suplementos nutricionales.
Realización de largas e intensas rutinas de ejercicio.
El Complejo de Adonis presenta los siguientes signos y síntomas habituales:
Percepción de que el propio cuerpo es demasiado pequeño, delgado y con falta de masa muscular.
Búsqueda constante por alcanzar un tipo de atractivo físico autoimpuesto.
Presentan un autoconcepto distorsionado y baja autoestima.
Restricción de comidas y utilización de regímenes dietéticos enfocados a perder grasa y ganar masa muscular.
Incrementan exageradamente el consumo de proteínas, carbohidratos y anabolizantes, mientras que reducen la ingesta de lípidos.
Esto puede ocasionar alteraciones metabólicas importantes, sobre todo cuando el vigoréxico consume esteroides que ocasionan cambios de humor repentinos.
Inyección de medicamentos que potencian el crecimiento muscular.
Frustración por creer que no están consiguiendo el resultado que buscan y depresión.
Problemas sociales y laborales por exceso de horas en el gimnasio.
Sobreproducción de endorfinas, lo que genera la adicción al ejercicio físico.
Las dietas desequilibradas y el exceso de ejercicio puede conllevar importantes desajustes en la homeostasis corporal provocando síntomas potencialmente más mortales que la anorexia y la bulimia, ya que el cuerpo humano solo puede soportar un período máximo de 6 meses con estos desarreglos:
Mareos, convulsiones y dolores de cabeza.
Lesiones hepáticas y cardiacas.
Estrechamiento de las arterias.
Alteración de los niveles de azúcar.
Problemas de fertilidad y disfunción eréctil. Disminución del recuento de espermatozoides y atrofia testicular por consumo de anabolizantes.
Hipertrofia muscular y alteración en huesos que deben adaptarse a la nueva forma corporal. La sobrecarga del gimnasio repercute en los huesos, tendones, músculos y articulaciones.
Trastornos metabólicos y desnutrición como consecuencia de dietas desequilibradas: bajas en grasas y altas en proteínas.
En las mujeres aparecen trastornos como masculinización e irregularidades en el ciclo menstrual.
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